El
estilo de Liria-Oliva
La llamada escuela de Líria-Oliva
consiste en un estilo decorativo epigráfico, floral y humano de la cerámica
ibérica pintada,
donde se representan personajes de ambos sexos ocupados en actividades como el combate, la caza
o la vida espiritual, a veces acompañados de leyendas epigráficas en alfabeto
levantino. El estilo de
Liria-Oliva es eminentemente narrativo. La cerámica de Oliva-Liria, denominada de esta forma por ser los
yacimientos que proporcionaron los primeros lotes de este denominado
estilo narrativo. Los vasos están pintados con colores oscuros y en
muchos casos las figuras están rellenadas con color negro. Frente a la
individualidad de las figuras del arte de Elche-Archena, en los vasos
de Liria encontramos ciertos argumentos en los conjuntos de figuras,
junto a letreros que hoy en día son todavía inaccesibles a nuestro
conocimiento. Hay conjuntos que representan escenas de caza, de guerra,
de danza, hombres a pie o a caballo persiguiendo jabalíes o lobos,
etc., luchas de grupos enfrentados, tanto a pie, como a caballo o en
barcas. Por lo general son figuras de tamaño menor que las del estilo
simbólico. Su área de distribución, reducida en un principio por los
primeros descubrimientos a la zona central valenciana, debe hoy día
extenderse hacia el valle del Ebro en la provincia de Teruel (por
ejemplo el poblado de Alloza).
Cerámica de estilo Liria-Oliva de la necrópolis de la Albufereta (Alicante).
Las excavaciones de Llíria han
proporcionado la más famosa y extensa colección de este estilo destacando el Vaso de los Guerreros con Coraza, el Vaso
de los Guerreros, El Vaso
de la Batalla Naval o el Kalathos
de la Danza
El nombre de Líria-Oliva se debe a que en
la época de su formulación, el poblado contestano del Castellar
de Oliva constituía el punto más meridional de dispersión de este
tipo de hallazgos. Impulsada por las aristocracias del período Ibérico Pleno,
esta producción de bienes de prestigio de distribución predominantemente urbana
pudo en un principio difundirse desde un único centro, pero el mecanismo de la
emulación competitiva sin duda incentivó rápidamente otras producciones, cuya
difusión se extiende con variaciones estilísticas y cronológicas desde Burriana hasta la Albufereta de Alicante y desde
Sagunto
hasta Caudete de las Fuentes.
Cronológicamente, el estilo de Liria-Oliva se enmarca entre
mediados del siglo III y el siglo I a. C. y no existe, en el estado
actual de la investigación, ningún hallazgo de decoración de Liria-Oliva
anterior a mediados del s. III a. C.