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lunes, 7 de noviembre de 2011

FUENTES ESCRITAS.




Como de toda cultura protohistórica, también de la ibérica se conocen ya referencias escritas indirectas, a través de los escritores griegos y latinos que describieron el país y sus costumbres, bien por sí mismas, bien en relación con los sucesos bélicos que tuvieron lugar durante la ocupación cartaginesa primero y romana después. Existen asimismo fuentes directas, escritas por los propios iberos, que no pueden aún utilizarse porque su lengua es todavía desconocida y no puede ser objeto de traducción. Las noticias más antiguas acerca de Iberia y los iberos pueden datarse entre los siglos VI y IV a.C., hacen referencia sobre todo a aspectos geográficos relacionados con los temas de la mitología griega y nos han llegado en recopilaciones realizadas por autores posteriores. Hallamos ya el nombre de "Iberia" en Herodoto (siglo V a. C.) cuando refiere que los foceos "descubrieron el Adriático, el Tirreno, Iberia y Tartessos". Con el texto vamos recorriendo esquemáticamente, de este a oeste y de norte a sur, la costa mediterránea según la bordean en sus veloces naves estos marinos griegos. Suponemos que bajo el nombre de Iberia Herodoto se refiere, de una manera ya genérica, a distintos pueblos de la costa oriental de la Península que engloba bajo este nombre único. 
En los siglos siguientes los geógrafos griegos denominan Iberia a la costa del levante y del sur peninsular habitada por los Iberos, en contraposición a la "Céltica" del oeste, que pueblan gentes célticas. La división tiene un carácter en parte étnico y lingüístico.  El historiador Polibio, que en el siglo II a. C. narró las guerras de Roma contra Cartago en España, sigue este uso aún restringido en sus primeros libros: distingue a los iberos de la costa de aquellos pueblos que habitan la Meseta. Pero en sus últimos libros, escritos después del año 146 a. C., con el nombre de Iberia se refiere ya a toda la Península. Pues el nombre corresponde, en griego, con el que la conquistadora Roma da a toda la península: "Hispania. Rufo Festo Avieno denomina genéricamente “iberos” a todos los pueblos de la costa desde el río Júcar hasta el Ródano, que denomina Orano. Entre ambos ríos cita a varios pueblos englobados dentro de la confederación tartesia. Para Hecateo de Mileto, Iberia es el nombre con que se designa las poblaciones occidentales, y confunde iberos y tartesios –aunque tal identificación parece hoy la más correcta–. Hasta Polibio, Iberia es el nombre de la Península, e iberos los habitantes de sus costas. Detrás quedaban los bárbaros, los pueblos sin nombre. A continuación nos detendremos en seis poblados concretos: Alt de Benimaquia, La Quéjola, Puntal dels Llops, El Oral, Puente Tablas y el Cerro de Sant Miquel.  En tercer lugar nos detendremos en el poblado de Puntal dels Llops (Olocau, Valencia). Se inserta este yacimiento costero dentro del modelo de poblados de calle o vía central, se encuentra fortificado (está delimitado por una muralla, en el extremo norte de la cual se levanta una torre) y presenta el aspecto de una aldea medieval. Se construyó a fines del siglo V a.C. Resulta muy interesante  el estudio de este yacimiento por ser uno de los primeros ejemplos del análisis microespacial de un poblado ibérico. Sus casas, que se adaptaban a la topografía y al medio, eran simples, rectangulares y de una sola estancia, y entre ellas las había sin finalidad específica -posiblemente dormitorios-, o destinadas a actividades domésticas (molino y hogar), preparación de alimentos, depósitos de municiones (glandes), lugar de culto (gran número de bustos de terracota) y posible celebración de actos públicos (thymiateria, vasos importados, asador, exvotos, etc.). Las placas y masas amorfas de plomo encontradas en algunos departamentos permiten suponer también la existencia de actividades metalúrgicas.