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domingo, 20 de noviembre de 2011

NECROPOLIS DE LES CASETES - LA VILA


Esta necrópolis  se encuentra en la partida de la Creueta o les Casetes en Villajoyosa y por su carácter orientalizante podemos decir que se puede tratar o se trata de un  establecimiento o asentamiento de origen fenicio o semita, en el cual se han encontrado varios objetos procedentes del Mediterráneo oriental, tales como los que aquí prentamos : la cantimplora de fayenza, los colgantes, joyas de tipo fenicio, los huevos de avestruz y otros de similares características. Es posible que en el asentamiento de esta necrópolis viviesen gentes de todas clases desde los fenicios hasta los íberos , creándose una mezcolanza de razas o etnias. Debido al material egipcio que se encontró se podría secir que se trataba de un asentamiento egipcio, pero vamos a considerarlo como fenicio.

La pieza es un vaso lenticular, del tipo conocido como "cantimplora". Es de fayenza egipcia de color amarillo pálido, con vidriado verde grisaceo. El gollete de la vasija ha sido concebido como un  capitel o umbela de papiro, decorado con flores y yemas de loto intercalado. El haz del tallo es casi cilíndrico y está atado en su parte superior por una doble cuerda, por encima de la cual se abre el capitel. 
 El conjunto puede relacionarse con la columnita-uadye, amuleto de color verde que simbiliza la eterna juventud.
Esta cantimplora egipcia del tipo "Año Nuevo", la única hallada en la Península Ibérica, fue traída desde Egipto – seguramente por los fenicios- hace más de 2600 años.
Apareció en la tumba 18 del cementerio de Casetes en el año 2000, junto a armamento de hierro y cerámicas fenicias de hacia 600 a.C. En ese momento reinaba en Egipto la dinastía XXVI.
Estas piezas de fayenza (una arcilla arenosa) estaban vidriadas de azul verdoso y contenían agua recogida el día de la crecida del Nilo (hacia el 20 de julio). Esta fecha marcaba el año nuevo egipcio.. El agua recogida ese día se consideraba milagrosa, con propiedades curativas, y probablemente, tras adquirirla de mercaderes fenicios, se depositó en la tumba de Villajoyosa para favorecer la vida eterna del difunto.

La crecida traía la vida y la alegría cada año, y simbolizaba la resurrección. Por ello, el agua milagrosa que contenía, recogida del Nilo, ayudaría al muerto a renacer a una nueva vida, como el río hacía cada año con los campos egipcios.
El cuello tiene forma de planta de papiro decorada con flores de loto. A cada lado del cuello hay un babuino sentado. Es el animal sagrado del dios Tot, y representa el paso del tiempo.
A ambos lados del cuerpo tiene sendas inscripciones en jeroglífico, “¡Que el dios Ptah abra un feliz año a su dueño!” (Ptah era el dios patrón de los escultores. Escuchaba las plegarias de los hombres); “¡Que la diosa Neit dé vida y salud a su dueño!” (Neit es una de las diosas más antiguas de Egipto. Era la patrona de la ciudad de Sais, capital de la XXVI dinastía).


Colgante de pasta vítrea modelado sobre varilla y con detalles aplicados. Tiene forma de cabeza masculina con cabellos rizados, barba y un punto rojo en la frente. Fue encontrado en el basurero romano de La Creueta. Llegó aquí a través de comerciantes púnicos hace unos 2500 años. Se piensa que puede representar al semidios Hércules o que fue parte de un amuleto que se llevaba para espantar los demonios. It is thought that the bead may represent the demigod hero Hercules, or that it was part of an amulet worn to ward off demons. Durante los siglos V y III aC los púnicos visitaron numerosos puertos mediterráneos extendiendo las nuevas modas orientales.


Escarabeo de jaspe verde, grabado en bajorelieve en la parte inferior con símbolos reales egipcios: 
-         Báculo real: símbolo del poder civil
-         Dios Ra protector de faraón
-         Flagelo: símbolo del poder militar del faraón
-         Ureus: símbolo del Alto Egipto
-         Disco solar.
El escarabajo está vinculado con el dios Jepri, forma de Ra con el sol naciente. Se creía que era un animal que sólo tenía sexo masculino, y que era capaz de reproducirse por sí mismo. Su nombre egipcio (jeper) hace referencia al renacer, a la transformación constante de la existencia. Con el paso del tiempo se convirtió en amuleto de vida y poder. El que lo portaba en vida tenía la protección contra el mal, visible o invisible, y recibía vida, poder y fuerza diariamente; y el que lo portaba en la muerte tenía la posibilidad de resucitar y obtener la vida eterna.

 Collar con siete cuentas que representan: una esfinge de esteatita, una máscara demoniaca de pasta vítrea, dos cuentas esféricas de pasta vítrea con decoración aplicada de ojos, una plaquita con ojo Udyat en anverso y vaca Hathor amamantando a Horus niño en el reverso de esteatita, enano pateco de esteatita y un halcón que representa a Horus de esteatita.
1) Esfinge criocéfala. Cuerpo de león y cabeza de carnero de Amón, descansando sobre un pequeño zócalo. Se identifica con el dios Cnum de la primera catarata o mejor con el propio dios Amón-Ra. Paralelos en Cartago, Cerdeña e Ibiza.
2) Máscara demoníaca en pasta vítrea. Los egipcios, los fenicios y los púnicos concedieron al vidrio un significado sagrado y ritual y, por esta razón, se usó mucho para fabricar amuletos protectores. Este es un amuleto colgante de pasta vítrea que representa una mascara demoniaca, un poderoso talisman que protégé al difunto en su viaje a la otra vida. Mediterráneo oriental, s.IV-III aC. Procede de la necropolis de Casetes.
4) Placa rectangular con representación de ojo de Horus (Udyat) y Vaca Hathor, amamantando a su ternero Harpócrates en las marismas de Quemis, bajo una flor de loto.
5) Representación del dios Bes. Los enanos patecos, encargados de los trabajos metalúrgicos en Menfis, y en el mito egipcio asistían al dios Ptah en la forja. Semidioses muy populares en Egipto y el Mediterráneo Central. Era un dios muy popular, genio familiar considerado protector de la casa, del sueño, de la alegría, danza, limpieza y aseo personal. Es el bufón de los dioses. Siu misión es sobre todo proteger el matrimonio, la gestación y el parto, como amuleto. Lleva un escarabeo en la cabeza y una serpiente en cada mano, también ellos amuletos.
7) Amuleto de halcón sentado, símbolo de Horus.
 Colgante de forma alargada enrollado sobre si mismo, en forma de columna y con enganche circular para el agarre

 Colgante de hueso tallado en forma de ojo de Horus

 Pendiente de oro, circular macizo, con una parte más engrosada, de sección circular
pendiente de oro de sección circular, con tres apendices formados por filamentos de oro enrollados sobre si mismos

La necrópolis de Les Casetes presenta particularidades en su rito y ajuares que no encajan totalmente con la visión tradicional de las sepulturas “orientalizantes” del área andaluza, tiene personalidad propia, y eso plantea problemas de interpretación, de ahí su interés. Se trata de una necrópolis de incineración en hoyo, en fosa, en cista o en cámara, estructuras que ocasionalmente pueden presentar un túmulo rectangular de piedras o algún tipo de pavimento ornamentado con cantos rodados.
La deposición de los restos óseos se realiza directamente en la tierra, sin contenedor de ningún tipo.
Algunos de los ajuares presentan panoplias militares, con puntas de lanza, pila y soliferreum. Otros se caracterizan por contener material de origen “orientalizante” o claramente oriental, como un broche de cinturón tartésico, un thymiaterium, cuentas de collar y colgantes amuleto de oro, plata, piedra o pasta vítrea, que responden a morfotipos fenicios; además de la ya conocida cantimplora de fayenza egipcia y huevos de avestruz. Según el autor, estos ajuares reflejan tres ámbitos de relación, con la Meseta, con el sudeste y con el Mediterráneo, lo que configura un paisaje socialmente estratificado y étnicamente heterogéneo bajo un rito común, dentro de un marco temporal que iría desde el último cuarto del siglo VII hasta mediados del VI a.C.
Las necrópolis que presentan mayores semejanzas con la que nos ocupa serían, según el autor, la antigua necrópolis de Cástulo, Estacar de Robarinas y la fase antigua de Los Patos, por lo que se refiere a los ajuares exóticos y a algunas de las estructuras tumulares; pero también a la de Les Peyros en el Languedoc francés, en cuanto al rito de depositar los huesos directamente en la tierra, y a la organización del espacio funerario, que parece responder a agrupamientos familiares en torno a barrios con una tumba principal como marcador.
Decir que en Les Casetes se enterró una población mixta, de origen autóctono y alóctono, no responde al posible modelo de interacción social que llevó a compartir espacios tan significativos para el grupo. ¿Cómo explicar la tumba 20, de marcado carácter meseteño,
junto a la tumba 16 que puede paralelizarse con cualquiera de los enterramientos fenicios del norte de Africa o de la costa andaluza, conviviendo con otras como las tumbas 17 y 18 en las que se mezclan ambos rasgos?
La hibridación, según el autor, supondría situarnos en un momento más tardío del proceso de “iberización” que es el que parece reflejar la cercana necrópolis de Poble Nou (Espinosa et al. 2005), lo cual podría entrar en contradicción con una cronología alta para Les Casetes.

 HUEVOS DE AVESTRUZ

Desde el punto de vista simbólico, este es un claro elemento de filiación fenicia documentada en esta necrópolis. Según la mitología fenicia. el origen cosmogónico del universo. narrado en la Historia Phoenicia que escribió Filon de Biblos hacia el siglo II d.n.e. y que transcribió Sanchuaniaton. sacerdote de Beirut anterior a la Guerra de Troya, sobre las columnas de Tahur, parte de la idea de que el huevo para los fenicios era la representación del globo terrestre.
Por tanto, el huevo una vez formado desarrollará su vida por su sola fuerza espontánea. Este significado esencial será trasladado al mundo de los muertos para revitalizarles en la pérdida de la vida. Desde este punto de vista. los huevos de avestruz tienen un componente mágico asociado a la fertilidad y a la vida eterna, lo que nos lleva a pensar que su deposición en la tumba tiene que ver con este sentido mágico-religioso.

En este sentido en relación al significado de la presencia de esas piezas, M. Astruc considera que los huevos de avestruz se interpretan como el principio vital que contiene ya sea por haberlo considerado como un alimento idealmente vivificante (cáscara
entera). sea como una copa rustica generadora de vida (vaso. copa. ritón).
El huevo ha podido ser vista como una clase de enterramiento místico receptáculo esencialmente favorable a una resurrección.
El empleo de los huevos de avestruz como alimento. y el de sus cáscaras como objetos preciosos de uso, responde según afirma en otro trabajo (Astruc) a una antigua costumbre africana: el avestruz, ave familiar de los desiertos asiáticos y africanos. también debió de ser un recurso alimenticio para estos pueblos.
C`. Picard en su tratado sobre las religiones del  Africa antigua, estudia los
huevos de avestruz perforados (ritones); dice que en su origen cl vaso sagrado representaría la fuerza vital del huevo. 
 Se encontró también una jarra de cerámica romana de tradición íbera, es decir con arcilla más refinada de época de los romanos, con pinturas geométricas utilzadas por los íberos.