- El poblado ibero de Covalta se encuentra a 880 metros de
altura en la cima de una de las sierras que marcan el límite de las provincias
de Alicante y Valencia. Para llegar al yacimiento arqueológico hay que salvar
un desnivel de 330 metros por una pista forestal que arranca a la altura del
kilómetro 10 de la carretera CV-700 entre Muro de Alcoy y Agres. Este desvío se
encuentra a dos kilómetros de esta localidad y a seis de Muro. Como indicador
puede servir una señal de prohibido superar los 20 km/h que se encuentra al
comienzo de la pista y que se ve desde la misma carretera. El desvío se
encuentra a la izquierda si se viene desde Agres y a la derecha si venimos de
Muro. Salvo que se use un 4x4 es recomendable dejar el coche al comienzo del
camino, junto al río y desde aquí empezar la ascendente caminata.
A los 200 metros vemos un camino
asfaltado a la izquierda que hay que ignorar para coger el siguiente desvío
también a la izquierda que está cincuenta metros más adelante. Por la
zigzagueante pista forestal ascendemos durante algo más de un kilómetro durante
20 minutos hasta llegar a un nuevo cruce de pistas. Elegimos la de la izquierda
que asciende más moderadamente durante un kilómetro y medio bordeando el
barranco del Galer. En el siguiente cruce que nos encontramos hay que coger el
camino de la derecha, que 150 metros más adelante nos lleva hasta el collado de
els Bolcadors. Hasta aquí habremos tardado aproximadamente cincuenta minutos.
En este cruce encontramos una señal que nos indica el camino hacia la cima de
la Covalta, donde se encuentra el enclave ibérico al que se llega en un cuarto
de hora.
Lo primero que llama la atención y lo más destacable del poblado es la gran muralla defensiva que protegía el poblado por su vertiente Este y Sur. Se conserva en buen estado 50 metros de muralla de 3 metros de anchura.
La muralla la encontramos al lado del camino de subida, junto a una alineación de encinas plantadas para evitar el derrumbe progresivo de la misma. Este era el acceso más vulnerable al enclave, ya que el Norte y Oeste del poblado está protegido por escarpes naturales, sobre todo por el Norte con un impresionante precipicio desde el que se contempla todo el Valle de Albaida ya en la provincia de Valencia.
A principios de siglo se excavaron 83 departamentos de planta rectangular, parece ser que pertenecientes a 48 casas. Lamentablemente la vegetación de monte bajo, jaras y aulagas principalmente, ha cubierto casi todo el poblado, si bien todavía se aprecian muros por toda la cumbre. Los muros de piedra que han permanecido hasta hoy eran el basamento de las casas, y sobre ellos levantaban el resto de las paredes con adobe o tapial, hoy desaparecido. Donde mejor se conservan los restos de casas es junto a la misma cima, alrededor del vértice geodésico.
En este poblado se encontraron abundantes materiales: cerámica decorada entre la que destaca la importada de barniz negro, armas (falcatas, lanzas, jabalinas, manos de escudo, frenos de caballo), e instrumentos de trabajo. También son abundantes los elementos de decoración: sortijas, aretes, pulseras, fíbulas, broches de cinturón y punzones y alfileres de hueso con la cabeza decorada. Una de las piezas más originales aquí aparecidas es precisamente la decoración de un alfiler de hueso con la cabeza de un varón barbado de procedencia cartaginesa.
También es importante la aparición de un arado y un yugo de pequeño tamaño que debieron de ser utilizados como elementos votivos o como juguetes, que nos recuerda la importancia de la agricultura en el economía íbera y en donde vemos en su tipología su perduración prácticamente hasta nuestros días en los campos valencianos . En Covalta se encontraron también taladros, hoces, sierras, tijeras, cuchillos, frenos de caballo, herraduras, rejas de arado, etc.
Se han obtenido materiales que consisten en cerámica ática de figuras rojas (s. IV a. C.), y de barniz negro, cerámica ibérica con decoración geométrica, fíbulas, y una laminilla de plomo de 34 x 40 mm en escritura ibérica suroriental.
Es importante destacar que gracias a estas innovaciones técnicas procedentes del Mediterráneo Oriental y traídas por fenicios y griegos se produce un cambio sustancial con respecto a la Edad del Bronce pues se modifican los sistemas de cultivo, aumentando la fertilidad del suelo y la capacidad de deforestación. La utilización de arado con rejas de hierro permite la siembra de mayor cantidad de hectáreas y aumenta la fertilidad del suelo al profundizar más en la tierra. Todos estos materiales se encuentran en el Museo de Prehistoria de Valencia.
Otro gran aliciente de esta visita son las
increíbles vistas que disfrutamos desde este privilegiado mirador y que en su
tiempo también disfrutaron los habitantes del poblado si bien nosotros lo
hacemos desde un punto de vista lúdico, mientras que los pobladores íberos
buscaban la vigilancia, la defensa y el control del territorio dominando la
comunicación entre el Comtat, Vall d´Albaida y el Valle del Vinalopó. Hacia el
Este, en el llano, se extiende Muro de Alcoy separado de Valencia por la Sierra
de Benicadell y el puerto de Albaida. Al Sur acostado en la ladera Norte de la
imponente mole de la Sierra de Mariola está Agres. La vista alcanza también las
Sierras de Almudaina, Serrella y Aitana. Hacia el Norte se extienden las
tierras valencianas del Vall d'Albaida, destacando la gran población de Onteniente
acompañada de una decena de pueblos que se extienden a lo largo del valle.