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martes, 6 de diciembre de 2011

LAS AVES EN LA VIDA MATERIAL IBERICA

Entre los íberos los diferentes grupos de aves se ubican dentro de determinados aspectos relacionados con origen de la humanidad, organización social y política, poder y territorio o ciclos agrícolas y economía en general. No cabe hacer paralelos directos entre la ubicación de cada ave entre los íberos y las representaciones prerromanas.

Los seres humanos han sentido siempre fascinación por las grandes aves, por su comportamiento, por la capacidad que tienen algunas de imitar sonidos, por su organización, la agudeza de su visión, pero sobre todo, por la majestuosidad de su vuelo.
Las figuras en forma de ave debieron representar códigos similares para todas aquellas sociedades que las usaron. Con el paso del tiempo cada grupo humano le imprimió un carácter particular a las representaciones de esta imagen.
Acerca de las representaciones ornitológicas de las águilas, es muy notorio que a pesar de la enorme variedad de especies que aún hoy día subsisten, sólo unas pocas fueron representadas en el material cultural de la región ibérica.
Desde épocas primitivas, las aves han maravillado al hombre. Su mágico vuelo, colorido plumaje y melodiosos cantos, han inspirado mitos inmortales y universales, creados por civilizaciones de todos los rincones del mundo. Gracias al vuelo, las aves han simbolizado las relaciones entre el cielo y la tierra, entre Dios y el Hombre, siendo consideradas como deidades con capacidades curativas. Además, simbolizan los estados espirituales, los ángeles y los estados superiores del ser; y su canto es considerado como el lenguaje de los dioses.
Los Etruscos, pueblo prelatino famoso por sus excelentes curadores, utilizaba con profusión las plantas y los pájaros, pues veía en estas criaturas el porvenir y apelaban a su influencia con los dioses. Las aves, como los peces y las serpientes y quizá como todos los seres y especialmente el alma humana, son entes bipolares.
Lo primero que llama la atención del ave es su forma de caminar, con el culo parado. Ponen huevos. Por ello desde la prehistoria se representa a la Madre como un Ave. Pero el cuello y la cabeza del ave son decididamente masculinos, fálicos, con un pico duro. De modo que por un lado son femeninas, por el otro masculinos, pueden entonces representar a la pareja gestadora Padre-Madre.
 Teniendo en cuenta todo lo mencionado, podríamos decir a grandes rasgos, que para los fenicios el ave madre o el ave principal era el avestruz, siendo así, por la cantidad de huevos de avestruz encontrados en las diferentes necrópolis de la Contestanía (La Fonteta en Guardamar y Les Casetes en Villajoyosa) y de toda la Península tal como lo demuestran los diferente hallazgos en los distintos yacimientos fenicios o de procedencia fenicia  encontrados con carácter orientalizante.
El cisne de Leda es claramente masculino, con su cuello serpentino que indica el ritmo pitónico.
En cambio el ave de la Diosa, el Avestruz, como los gorriones, son femeninas. Indudablemente los gorriones poseen una gran magia erótica, basta verlos copular incansablemente. Por ello son plato afrodisíaco. También las oinas, palomas de pecho rojo como el vino.
Los gallos son decididamente masculinos, tanto por su impulso amatorio, como por su impulso de matar. Un gallo es como un vistoso soldado listo para la guerra. En todas las aves la vistosidad y el canto pertenecen al macho y están orientados a la procreación y a la muerte.
La gallina es decididamente femenina por su capacidad de transformación, trasforma los huevos en pollitos y estos en aves adultas.
El ave de 2 cabezas (águila, buitre, gallo) se asocia a la idea de magestad, de dominio. Ya los caldeos, los hititas, la asociaban con la magestad, con el dios Iano que domina desde la Montaña de 2 vertientes, la montaña de los antepasados.



Las excavaciones que se han practicado en la Contestanía y en otros lugares de la Península nos ofrecen constantemente nuevas facetas de la cultura ibérica.
Cuando vemos una pieza de cerámica dibujada nos sugiere la idea de algún simbolismo, que en este caso serían las aves de algunos de los vasos de la Contestania o alguno que otro encontrados en diversos lugares de la geografía ibérica.
En varios yacimientos de dicho territorio aparecen vasos con decoración pintada del estilo figurativo Elche archena, donde se ven claramente dibujados estos animales.
También son dignos de hacer mención a  todas las aves pintadas en los vasos de Azaila, en los que aparecen en gran número, en cada uno de ellos.
Se trata de vasos representantes del periodo Peno ibérico o clásico correspondientes  al siglo IV y III a C.
Cabe destacar la importancia que tuvieron en época prerromana los calathos ibéricos pintados con decoración figurada, los cuales vamos a ver aquí en estas líneas.
  En cuanto a la cerámica pintada plasmada en  los vasos de Azaila, podemos ver, que hay varias clases de pájaros o aves representadas , tanto que se puede decir que quizá sean palomas o tórtolas, o tal vez sean grullas, según dichos hallazgos y el estilismo en que se producen.
Entre las aves se identifican búhos, buitres, gallos y palomas. Y dentro de este repertorio animal se incluyen también las serpientes. Los elementos decorativos propios de la cerámica ibérica de Azaila tuvieron una importante difusión en el conjunto del territorio dominado por la ciudad, como indican los materiales cerámicos de otros yacimientos próximos.
Son cerámicas hechas a torno, de pastas claras, decoradas con pintura de color rojo vinoso.
 En estos calathos de Azaila ya no aparecen grandes aves aladas, si no que aparecen aves de menor tamaño y esparcidas por toda la superficie del vaso.
La grulla se considera un buen augurio, mensajera del bien y portadora del amor materno y de la felicidad También proporciona poder, longevidad e inmortalidad, y simboliza la iluminación espiritual En algunas partes de Africa y Norteamérica, la grulla también se asocia con la sabiduría.
 En el calathos del arado de Alcorisa (Teruel) observamos diferentes clases de aves, quizá sea porque pudieran tener algún corral con muchas clases de pájaros ya fueran  de la familia de las gallináceas o palomas  o quizá los pintasen como una actividad cotidiana, es decir, plasmaban las actividades agrícolas diarias, en las que van arando y cosechando y las aves se van comiendo todos los residuos que les sobrasen, después de labrar los campos.
  En este vaso se pueden observar algunas aves de pico encorvado, que pueden corresponder perfectamente a aves de rapiña como puedan ser los cuervos, de los que posteriormente hablaremos. Es posible que en este vaso también quieran representar  tórtolas o palomas.
 He aquí un detalle de uno de los vasos de Azaila en el que podemos observar varias clases de aves, así, se  ve un pájaro con el pico encorvado que puede corresponder perfectamente a un cuervo o cualquier otra ave de rapiña, otro pájaro con el pico normal que pudiera ser una paloma o una tórtola y por fin vemos otra ave que se puede apreciar perfectamente que se trata de un buho. Debido a la gran cantidad de animales representados en estos vasos, se podría decir que estaban rodeados de una numerosa fauna, la cual la tendrían en libertad  o en cautiverio

El vaso celtibérico de Uxama es de cerámica y fue realizado a torno. Está decorado con un friso corrido, pintado sobre el engobe color crema que recubre la superficie. En el friso se representan, en color marrón, tres aves separadas por tres cajas cúbicas con representaciones de cabezas humanas en relieve y remates en forma de ala. Es un recipiente funerario del siglo I a.C.

Hay que considerar en la cerámica ibérica, las  aves pintadas de los vasos del Estilo Elche Archena así nos encontramos  varios  calathos en los distintos poblados  de la Contestanía con la representación principal es un ave alada, como lo demuestran un  calathos de Villajoyosa, otro de Archena,  una tinaja de la Alcudia  de Elche, al igual que un fragmento del Tossal de la Cala en Finestrat. En Badalona ( Barcelona) aparece también un fragmento de cerámica ibérica pintada con el ave alada.
Un vaso de similares características es el que nos aparece en la necrópolis orientalizante  del Corral de Saus en Mogente, el cual parece que estuviera hecho en serie respecto a los demás kalathos. Se trata de un vaso típico ibérico con un ave  pintada y con las alas abiertas o desplegadas.
Se trata de una estilización más o menos barroca de las pinturas de estos vasos correspondientes a los siglos IV y III a C como hemos indicado anteriormente.
Algunos autores llaman a este estilo compuesto por motivos florales y por motivos zoomorfos, el estilo simbólico.
Es de destacar el alto valor de los motivos vegetales que según nos dice  J.A.Santos Velasco que  estas representaciones no son de relleno si no que conforman el mundo simbóico de la divinidad femenina. Según Tortosa en 1998 las aves poseen un carácter religioso profundo.
 Según varios autores el estilo Elche –Archena queda desfasado, solamente tendríamos que mencionar el estilo Illici correspondiete a la Contestanía por no haber aparecido otros vasos semejantes fuera del territorio, excepto el fragmento de Badalona, separando las producciones de las de Archena, pero no es este nuestro caso en el que analizamos las aves de los distintos vasos, tanto de Illici, como Archena, Villajoyosa y Finestrat.
  Estos vasos  hallados en los diferentes yacimientos pertenecen al grupo de lo que llamamos representaciones  zoomorfas, en los que se encuentran  también otros tipos de animales en algunas ocasiones.
Está claro que podrían haber querido representar una paloma ya que este animal parece ser que era de carácter sagrado según varios hallazgos encontrados en diferentes lugares.
No representan algo que se les ocurriese, si no que hacen sus representaciones en plan estandart, sirviéndose de formas y motivos zoomorfos, vegetales y abstractos.
A. Tiemblo Marco nos dice que la diosa alada surge del mundo del más allá en un ademán de dominar las fieras, lo hace sin ningún tipo de esfuerzo, basta con una caricia o una rozadura para impulsar y dominar a la vez a los caballos en su epifanía conjunta: todo ello se manifiesta iconográficamente mediante la representación de un plácido rostro frontal, y el leve contacto de las manos de la diosa con los animales. Otra alusión a su carácter de “Señora de los Caballos” aparece en el mismo animal, es el correaje: el hecho de representar un animal con correaje manifiesta su domesticación o su dominio.
 F. García Hernández nos cataloga  las manifestaciones de  Tres formas:
a) De cuerpo entero, con las alas explayadas, semejando el momento de emprender el vuelo.
b) Prótomo de ave con las alas explayadas.
c) Alas pareadas.
a) Estas aves aparecen generalmente solas, como motivo decorativo principal, aunque a veces están en compañía de carniceros, caballos, conejos y peces. La más frecuente es la llamada por Nordstrom «ave idea, porque no responde a ninguna especie existente en España; presenta cuello y patas de águila y pico de grulla. El cuerpo aparece siempre de perfil o de tres cuartos; los ojos, generalmente en forma de CÍrculo reservado con un punto en el centro. En alguna ocasión pueden ser almendrados. Es el ave mas representativa del estilo.
b) El prótomo de ave está referido siempre al ave ideal. Aparece la parte superior del cuerpo y la cabeza; de la parte inferior del prótomo nacen dos alas explayadas. Aparece en muchos casos junto a aves completas.
c) El motivo de las alas pareadas respondería a una abstracción de las aves nombradas anteriormente y aparece con menos frecuencia.
Por otra parte, este motivo lo encontramos también en un vaso encontrado en Ampurias, procedente también del Sudeste.
     El motivo del ave que aparece en él pertenece sin duda a la zona del Sudeste, y más concretamente al taller de los pájaros de La Alcudia de Elche, yacimiento en el que está bien representado con idéntico tratamiento. No cabe duda de que una misma mano decora este vaso y otros que conocemos procedentes de La Alcudia de Elche.
Los fragmentos que estudiamos procedentes de Badalona (Barcelona), por fabricación, tipo de pasta, calidad pictórica, tratamiento decorativo y acabado de la pieza, pertenecen sin duda al grupo del Sudeste.
El hallazgo de estos vasos en una zona tan distante de su lugar de fabricación refleja la existencia de unas relaciones comerciales entre distintas áreas del mundo ibérico. En este punto cabe preguntarse si es un comercio movido por los íberos, o si por el contrario su promotor es el elemento foráneo.
La existencia de contactos comerciales entre diferentes zonas del mundo ibérico desde muy antiguo la tenemos comprobada en Ampurias, donde hay vasos procedentes de Andalucía, y que por estratigrafía pueden fecharse en el siglo v o IV a. C.u Probablemente en este caso juega un importante papel el elemento griego.
 
Con respecto al material de Badalona que estudiamos, creemos que hay que valorar adecuadamente la participación de otro tipo de influjo. La cronología de los típicos vasos decorados con aves de La Alcudia de Elche parece que puede colocarse entre finales del siglo III a. C. y mediados del siglo I a. C.14 De todos modos, sigue en vigor la discusión de este problema, ya que para algún autor el período que Ramos Folqués y Ramos Fernández denominan «ibérico II» o «ibérico-púnico»15 comenzaría dentro del siglo n a. C., llegando a la segunda mitad del siglo I a. C.

Sin entrar en el problema del contenido de estos vasos, podemos interrogarnos sobre su finalidad comercial. La decoración puede orientarnos a este respecto. En la primera fase, la decoración es rica, de bastante calidad y utiliza numerosos motivos combinados. Hay una preocupación por la vistosidad de la ornamentación. En cambio, en la segunda fase, los vasos se pintan con una cierta prisa, se cuida mucho menos la técnica y la calidad es inferior. Además, disminuye considerablemente la cantidad de motivos empleados y se tiende a emplear los más sencillos, sin el barroquismo anterior.
R. Montanya Maluquer nos dice que en la Península Ibérica, tras los sucesos de los años 154 al 133 a. C. (guerras celtibéricas), hay un largo período de paz y así es como un pintor de cerámica (el maestro de las águilas de La Alcudia de Elche) puede establecerse en La Alcudia y decorar vasos para abastecer el mercado, adquiriendo dichos vasos una tan amplia difusión.

Este autor plantea varias posibilidades como hipótesis:

1) Que sea una vajilla de lujo, comerciable por sí misma, independientemente de que en el momento de su exportación se utilice o no como envase para abaratar el transporte.
2) Que se trate de simples envases comerciales, utilizables posteriormente como vajilla.
En una segunda fase, podemos pensar que probablemente se trate de envases comerciales.
El mismo autor sostiene que este pintor que trabaja en La Alcudia no es más que uno de los diferentes decoradores de cerámica que estarían repartidos por toda el área ibérica en vías de romanización.
En cuanto al significado del ave en estos vasos, en los que estarían
depositados los restos óseos de un difunto tras su cremación, posiblemente represente a una diosa protectora de la vida y de la muerte, de la "renovación» y, por tanto, de la fecundidad que, con las alas desplegadas, protege al difunto mientras emerge de la tierra entre elementos vegetales y se eleva al cielo.
Otras veces esta diosa se muestra con apariencia humana mientras que otras se muestra como un pequeño pájaro emergiendo de una flor.
Ramos Folques cree que se tratara de una vajilla o mejor dicho, de un conjunto de piezas de cerámica pintada que, bien fueron decoradas formando serie para ser vendidas conjuntamente, o bien fueron hechas así por encargo del adquirente, o simplemente, productos de un taller que adoptó esta ornamentación.
Lurdes Prados Torreira dice que el  ave, símbolo de la divinidad femenina, sanciona con su presencia los ritos de paso.
La presencia de aves se documenta tanto en depósitos votivos y santuarios, como en necrópolis y “edificios singulares” en los poblados, donde posiblemente tengamos que ver aunadas las funciones de almacenamiento de excedentes, actividades artesanales, y en particular las de carácter textil dado su permanente asociación a elementos relacionados con los telares, junto a posibles rituales de diversa naturaleza.
P.Bosh Gimpera nos dice que las cerámicas de este estilo recuerdan mucho a las aves estilizadas de las mejores especies geométricas u orientalizantes antiguas griegas.
AI lado de la decoración de tipo geométrico hay que destacar la figuración zoomorfa. Se trata de las aves de largo pico, ojo circular y alas desplegadas que forman la imaginaria característica de las cerámicas Elche/Archena. Suelen asociarse a bandas, de las que surgen sus figuras y motivos vegetales, con los que a veces confunden sus rasgos. La cronología de estas cerámicas figuradas es en general  tardía, no anterior al siglo Ill a.C.. continuando al menos hasta el siglo I a. C. (Ramos Fernandez 1982).
El profesor Beltrán considera a este tipo de vasos como cerámicas destinadas a un uso ritual religioso y quizás funerario cuya relación con las mesas sepulcrales es indiscutible . Es tas mesas recibían ofrendas rituales dirigidas a una divinidad, la Gran Madre, protectora de las fuerzas vegetativas. Estas vasijas las considera procedentes del Mediterráneo Oriental, desde Persia, Siria, Troya, Chipre y Creta.
 En cuanto a las formas podemos decir que  la mayor parte de ellas son kalathos  o sombreros de copa de estilo ibérico, van seguidos  en cuanto al número, las tinajas o tinajillas y algún que otro oinochoe, tal como aparece en uno de la Alcudia.
El ave alada  era la imagen símbolo de una deidad femenina que en otras áreas del Mediterráneo recibió distintos nombres: Afrodita, Tanit, Demeter y Perséfone, pero en el caso de los iberos desconocemos cual sería.
La imagen de esta ave surge una y otra vez en contextos domésticos, religiosos y funerarios, en alusión a la divinidad femenina más extendida en ambientes de influjo púnico: Tanit, vinculada a la fertilidad.  Creemos que esta ave se puede tratar de una paloma ya que en el mundo ibérico esta ave tuvo un papel importante en Serreta (Alcoy, Alicante); como figuritas de bulto redondo en el mismo yacimiento y también en el Tossal de San Miguel (Líria, Valencia) y en El Cigarralejo (Mula, Murcia); junto a figuras femeninas o grupos de figuras en terracota en La Serreta y en la necrópolis de La Albufereta (Alicante).
Estas piezas corresponden a imitaciones de vasos realizados desde el siglo V a.C. en cerámica ática, etrusca y suditálica de Figuras Rojas y de Barniz Negro.
Si consideramos que el ave pintada en las cerámicas ibéricas es una paloma vemos que parece tener un papel de protección en el mundo funerario, pero se asocia a la diosa de la vida y la fertilidad. Los vasos con forma de paloma del mundo ibérico se distinguen a nivel formal de los ascos en sentido estricto por la presencia de otro orificio, además del de llenado, que es pequeño y se sitúa en el pico del ave.
En el Amarejo podemos observar dos vasos encontrados en forma de paloma, uno de ellos pintado con estampillas en forma de rosetas.
Tal vez los frecuentes vasos plásticos de terracota en forma de paloma, especialmente diseminados en el ámbito ibérico del sudeste peninsular, como el depósito votivo de El Amarejo o la necrópolis de Coimbra del Barranco Ancho (Jumilla, Murcia), son contenedor y vehículo del perfumeambrosía de la diosa. Los animales amamantan y transmiten también el alimento a los humanos.
La paloma es un animal de carácter favorable, benigno, muchas veces aparecen recipientes en forma de esta ave que servían para contener líquido destinado a las libaciones.
La paloma era la imagen símbolo de una deidad femenina que en otras áreas del Mediterráneo recibió distintos nombres: Afrodita, Tanit, Demeter y Perséfone, pero en el caso de los iberos desconocemos cual sería. La imagen de esta ave surge una y otra vez en contextos domésticos, religiosos y funerarios, en alusión a la divinidad femenina más extendida en ambientes de influjo púnico: Tanit, vinculada a la fertilidad. En el mundo ibérico la paloma tuvo un papel importante en los rituales religiosos y funerarios, sobre todo en las zonas de la península ibérica de mayor influencia púnica. A partir del siglo III a.C., con la presencia de los cartagineses, las influencias púnicas se acrecentaron y tuvieron su proyección en el mundo de las ideas y creencias, en el imaginario ibérico, donde la iconografía de la paloma aparece en diversos soportes: como aplique en una tapadera cerámica de La Serreta (Alcoy, Alicante); como figuritas de bulto redondo en el mismo yacimiento y también en el Tossal de San Miguel (Líria, Valencia) y en El Cigarralejo   (Mula, Murcia); junto a figuras femeninas o grupos de figuras en terracota en La Serreta y en la necrópolis de La Albufereta (Alicante). Asimismo se encuentra en escultura funeraria, como el pichón que sostiene en su mano la entronizada dama de Baza (Galera, Granada); en timaterios de bronce como el de La Quéjola (San Pedro, Albacete); en exvotos, sobre todo femeninos; en joyas, y es especialmente abundante en la pintura vascular de la fachada mediterránea peninsular.
Con cabeza de paloma, en la necrópolis de Cabezo Lucero, aparece un vaso plástico pintado en rojo.
Emeterio Cuadrado nos dice, que parece que la paloma era un ave especialmente grata a la divinidad que pensaban que se alimentaba de su carne y que los indígenas realizaban como ofrenda se cree que a la diosa Proserpina (deidad romana) o Perséfone (deidad griega) y eran percibidas como una especie profética, relacionada siempre con la armonía espiritual y la salud con carácter protector y benéfico. Estas palomas cerámicas son en la mayoría de los casos «askos» ibéricos con un orificio para echar un líquido y otro para la salida de las libaciones que debían tener un carácter funerario dentro de un complejo ritual religioso.
Otra característica en cuanto a las palomas es lo que los arqueólogos, investigadores y científicos llaman  sirenas que viene bien caracterizadas que no son ni más ni menos palomas pero con cabeza de mujer. La mayoría de las veces vienen representadas en el mundo funerario, es decir, en esculturas de los diversos túmulos funerarios, faltándoles a ellas la cabeza sobre todo la mayoría de las veces en que aparecen. Aquí reproducimos una reconstrucción del pilar estela encontrado en la necrópolis orientalizante del Corral de Saus. En dichos enterramientos se han encontrado una serie de fragmentos de vasos plásticos como colas de aves o sirenas que recuerdan mucho a  la cola de la sirena encontrada en el Amarejo y están igualmente pintadas. En esta misma necrópolis aparecen dos sirenas de piedra y un vaso decorado con seres fantásticos de apariencia similar.
Ricardo Olmos Romera nos dice que cabría la posibilidad de que se que se trata de sirenas en vez de palomas.
Probablemente fueron los colonos griegos los que introdujeron esfinges y sirenas en Occidente, ya que son seres mitológicos bien conocidos por ellos.
En el mundo funerario el ave se dota de pechos, se convierte en sirena para amamantar a los hombres, a los que arropará con el velo de sus alas.No debe extrañarnos, pues, que la diosa estante de La Albufereta afronte, asocie al niño con la paloma en su diestra, fiel transmisora de la diosa. Una devoción muy antigua, oriental e ibérica, enlaza estas figuras con la tradición de las damas sedentes con palomas.
R. Olmos nos dice que  la paloma puede estar representada por una divinidad femenina, cuyo nombre no sabemos, y que es la protectora de la fecundidad, de los campos y la agricultura, del ganado y los animales, de la mujer , del crecimiento de los hijos en cuanto se les promete un viaje al más allá u quizá de un posible retorno.
La divinidad nutricia coincide, en parte, con otra imagen más extendida, la dea frugífera de los pebeteros cerámicos en los que pican aves; y también con las palomas plásticas, tal vez contenedores de perfumes en terracota asociados a la divinidad que nutre y fecunda. Los sentidos de todas estas imágenes se relacionan: pebeteros y diosas curótrofas cumplen funciones diferentes, complementarias, el ofrecer a los hombres el alimento de la leche y el don de los cereales.
 El águila
 Entendiendo que este ave fuese un águila vemos que está, relacionada en el panteón griego con el cielo y el sol, es acompañante también de las almas, y suele ser la antitesis de la serpiente, relacionada con la tierra, y con la luna (según la tradición griega, la serpiente tiene los mismos anillos que días tiene la luna), ambos, símbolos por ejemplo de Démeter. El aguila, a saber, "acompaña" a los varones con que, a pie, conduce de las riendas a un caballo en una conocidísima ánfora ibérica de tres asas de La Alcudia.
La significación del águila unida a elementos vegetales ha sido objeto de muchas interpretaciones. Leglay propuso que el ave podría ser una especie de elemento protector. Garcia y Bellido propuso igualmente que el sentido del águila era estrictamente religioso.
Tendríamos aquí, por un lado, dos mensajes en una misma escena: el primer mensaje será el típico de transito hacia el mas allá, en donde el águila, entre las piernas del varón y del caballo, "guía" a ambos; por otro, un mensaje, perfectamente compatible con la heroización del varón en el camino fúnebre, gracias a la compañía del caballo.
AI lado de la decoración de tipo geométrico hay que destacar la figuración zoomorfa.  Se trata de las aves de largo pico, ojo circular y alas desplegadas que forman la imaginaria característica de las cerámicas Elche/Archena. Suelen asociarse a bandas, de las que surgen sus figuras y motivos vegetales, con los que a veces confunden sus rasgos. La cronología de estas cerámicas figuradas es en general tardía, no anterior al siglo Ill a.C.. continuando al menos hasta el siglo I a. C. (Ramos Fernandez 1982).
La significación del águila unida a elementos vegetales ha sido objeto de muchas interpretaciones. Leglay propuso que el ave podría ser una especie de elemento protector. García y Bellido propuso igualmente que el sentido del águila era estrictamente religioso.
 En el vaso del Más allá de Villajoyosa  se plasma, a la manera ibérica, una narración del recorrido y elementos que necesitaría el alma del íbero para llegar a su descanso eterno. Resalta la presencia de la paloma como animal “psicopompo” (conductor de almas), a su vez imagen-símbolo de la divinidad ibérica y que al mismo tiempo podría representar al alma del difunto. La unión del mundo de los vivos y del mundo de los muertos estaría simbolizada por la escalera de siete peldaños, que da acceso al Más Allá, y que aparece mencionada en textos de diferentes religiones antiguas.
En este destino ultraterreno representado en el “Vaso del Umbral del Más Allá”, la exuberante vegetación crece en forma de vides y hiedras, plantas muy relacionadas con la vida eterna, que se expanden sin límite para recrear un ambiente paradisíaco. Junto a ellas emerge un árbol que podría simbolizar el motivo oriental del árbol de la vida o los bosques que se representan en el imaginario greco-itálico para figurar los Campos Elíseos o los bosques de Perséfone, o Proserpina en el panteón romano, que se citan en la Odisea. En esta región, similar al paraíso cristiano, está separada del Hades o Inframundo (similar al infierno cristiano), habitaban los mortales afortunados que podían gozar de una vida eterna feliz.
La aparición sistemática de la paloma y de las aves en general y los más diversos elementos vegetales en complicidad con estas diosas habla claramente a favor de una versión ibérica del prototipo divino Astarté/Afrodita y Proserpina/Perséfone.
 J. Carlos Fernández nos dice que a Endovelico, dios de la Medicina, cura a sus pacientes a través de sueños y oráculos en los templos- sanatorios donde se le rinde culto. Su nombre ha sido traducido como el NEGRO-NEGRO, dado su carácter infernal o como el MUY- BUENO. Se le representa por el jabalí, la paloma y la corona de laurel, aunque tampoco se menciona su nobre. También  viene representado con una rama de pino y flanqueada por genios alados, uno de ellos con antorcha.
Tras todo lo expuesto es posible que los íberos adorasen a Dwayna, aunque como hemos dicho anteriormente, no hacían mención de su nombre,  que es la diosa de la curación, del aire, y de la vida, a menudo representada como una mujer joven, alta y delgada levantada del suelo por unas enormes alas con plumas. Ella es la líder de los Seis Dioses Humanos y sus escrituras tienen las fechas más antiguas de ellos. Sus más fieles devotos suelen ser los curanderos, y ayudar tanto a ricos como a pobres por igual.
El cuervo
Las aves representadas en toda la iconografía ibérica, incluso  se podría decir que fueran cuervos ya que según antiguas creencias  son los encargados de conducir el alma de los muertos hacia el otro reino, es decir, hacia  el Más Allá, utilizándose para ayudar a crear un ambiente misterioso.
El cuervo, de plumaje negro y brillante, es uno de los mayores paseriformes, es decir, uno de los mayores “pajarillos”. Su fuerte pico se corresponde con su voraz alimentación omnívora, dentro de la cual se encuentran la carroña y, en mucha menor medida, las pequeñas presas.
Entre los pueblos de la antigua Iberia existía la creencia, transmitida por autores como Eliano y Silio Itálico, y documentada también por la decoración pintada de algunas cerámicas numantinas, de que las almas de los que habían muerto durante las batallas ascendían a los cielos si sus cuerpos eran devorados por las aves carroñeras. Esta misión religiosa se encomendaba principalmente a los buitres, pero en ella participarían también los cuervos. Un dios céltico de la luz, Lugh, pudo haber tenido cierta relación con el cuervo, pues el vocablo galo “lugos” parece que designaba a dicho animal.
El cuervo en la tradición celta simbolizaba la batalla y la muerte. La Diosa Morrigu, "Reina de los Fantasmas" y Señora de la Guerra y la Fertilidad del Clan (es una Diosa con una fuerte connotación sexual), se transformaba a menudo en cuervo o corneja, profetizando la muerte en el campo de batalla y posándose en el hombro de los que agonizaban. El cuervo simboliza también los cambios que acontecen en nuestra vida, los cuales pueden ser positivos o negativos, pero que nos ayudan a crecer.
El cuervo nos habla de guerras y dificultades que hemos de superar, y de las que obtendremos crecimiento interno y espiritual. Pero el cuervo es también aquel que trae mensajes de los Dioses y del Otro Mundo.
Aunque el cuervo muchas veces se considere un mal augurio y un signo de guerra, de enfermedad o de muerte, en China Japón y Persia es un mensajero de los dioses y un símbolo del sol. En la leyenda nórdica, el dios Odín siempre está acompañado por dos cuervos. De acuerdo con la mitología de los nativos norteamericanos, la lierra fue creada por un cuervo que arrojaba guijarros para formar las islas en el mar.
Se puede señalar la existencia de cierta contraposición entre los simbolismos de la paloma y el cuervo, pues la imagen dulce de la paloma contrasta con el aspecto huraño del cuervo, el cual prospera con los cadáveres que dejan sobre el campo las guerras.
Es posible que los vasos  pintados y hallados con representación de algún ave que no fuese la paloma, pudieran corresponder a las tumbas de guerreros, ya que la mayoría de esta aves simbolizan el “espíritu de la guerra”, porque como hemos dicho hay aves, tales como los gallos que simbolizan a los soldados o guerreros.
Existe la creencia de que después de la muerte el alma abandona el cuerpo en forma de pájaro y, en consecuencia, el ave es un símbolo del espíritu. Los pájaros pueden ser mediadores entre los dioses y los hombres y actúan como mensajeros de la divinidad. En muchas religiones se habla de seres celestiales o espíritus alados: los ángeles, querubines y seralines. Las aves se pueden observar en el Árbol de la Vida, y a veces se representan luchando con una serpiente o llevándosela, para simbolizar el difícil equilibrio entre el sol (pájaro) y el agua (serpiente). En el arte cristiano, esta imagen simboliza la lucha entre el bien y el mal.
Aquí vemos algunas interpretaciones sobre cada una de las aves que  como se puede observar en los vasos hallados en los diferentes yacimientos teniendo cada una un significado diferente.
Como curiosidad, añadir que los cuervos siempre fueron unidos a lo sobrenatural no sólo por su color y sus hábitos carroñeros, sino también por su inteligencia y su capacidad para imitar sonidos,  y a veces hasta palabras.

Gorrión

En el Antiguo Testamento el gorrión aparece como símbolo de soledad, mientras que en el Nuevo representa la bajeza y la insignificancia No obstante, también se asocia con la lujuria y la fertilidad, y en la mitología griega con Afrodita, la diosa del amor. En Japón, el gorrión es un símbolo tradicional de lealtad, tal vez debido a su naturaleza sociable.

Golondrina

La golondrina, que con la llegada del tiempo cálido inicia su vuelo de vuelta hacia el norte, simboliza la primavera, la renovación de la vida y la fertilidad. Ya que la golondrina permanece casi siempre en el aire, en algunos lugares de Africa se considera símbolo de la pureza, pues no llena sus plumas de tierra al caminar sobre el suelo.

Halcón

El halcón es un símbolo del sol y de las fuerzas masculinas de la naturaleza, y posee particular importancia en la mitología egipcia, donde fue consagrado a Ra. También representaba una forma popular del dios Horus, Al igual que el águila, el halcón, con su fuerza y su alto vuelo, simboliza la libertad del espíritu, lo que explica su popularidad como ave de caza en Europa. En China se le atribuyen los poderes curativos del sol y también el poder destructivo de la guerra.

Gallos y gallinas

Durante mucho tiempo los gallos y las gallinas se han empleado en los rituales. Antiguamente se creía en sus poderes como talismán y se empleaban para desviar el peligro. En algunas partes se sacrificaban gallos para derramar su sangre y devolver la fertilidad a la tierra.
La gallina se suele ver como un símbolo del cuidado materno y de la protección. En el cristianismo, la gallina con sus polluelos representa a Cristo y sus fieles.

Gansos, cisnes y patos

Los gansos son aves solares. Se asociaban con muchos dioses griegos y romanos y se empleaban como guardianes de los templos, por ello simbolizan la vigilancia y el amor. En el hinduismo, el ganso es la montura del dios Brahma, mientras que en China y Japón se relaciona con la luna de otoño y es mensajero de buenas noticias. Cuenta el mito griego que Zeus se convirtió en un cisne para seducir a la bella Leda. El cisne también se asocia con Venus o Afrodita: su carroza atraviesa el aire tirada por cisnes. Para los nativos de Norteamérica, el cisne es un símbolo de la confianza y la sumisión. Se dice que la canción del cisne moribundo es un mensaje de alegría, ya que se encuentra en el umbral del más allá.  En las leyendas de los indios norteamericanos, el pato actúa como mediador entre el cielo y el agua, y fue una de las criaturas que ayudaron a renovar la tierra después del Diluvio. De acuerdo con la tradición hebrea, el pato simboliza la inmortalidad, mientras que en China y Japón representa la satisfacción. la felicidad en el matrimonio y la fidelidad.
El cisne era el ave sagrada de Afrodita/Venus y el ave solar de Febo/Apolo y tiene una significación amorosa relaciinada con la historia de Zeus/Júpiter que se convirtió en cisne para seducir a Leda.

Cigüeña

En el antiguo Egipto y en Grecia existía la creencia de que las jóvenes cigüeñas trataban a sus mayores con mucha amabilidad, por lo que simbolizaban el deber filial. En Europa, la cigüeña se asocia con la primavera y con el nacimiento. La cigüeña es junto con el águila y el ibis la destructora de los reptiles, esas criaturas cuyo significado es siempre funesto: por lo tanto. todo lo que las aniquila tiene carácter benéfico y solar. Pero de las tres aves. solo el águila sigue siendo enteramente solar. ya que el ibis y la cigüeña consiguen el sustento en los pantanos o a la vera de los ríos en el elemento liquido el cual se relaciona con la creación, pues la vida se origina en las aguas. Por lo tanto la cigüeña. por su estrecha conexión con el embrión es portadora de nueva vida: en primavera. y es siempre un signo de buen augurio.

Pavo real

Este pájaro real, con su cola en forma de abanico, es un símbolo del sol, y su cola circular representa la bóveda del cielo cuyos «ojos» son las estrellas. En el budismo, sus numerosos ojos simbolizan su vigilancia, aunque se cree que sus plumas traen mala suerte ,en forma de algún mal de ojo. En la India, el pavo real es la montura de Karttikeya, dios de la guerra. El pavo real corteja a la hembra con tanto orgullo que se le considera sinónimo de la vanidad.

Urraca

La urraca es un ave de mal agüero en Occidente, donde sus graznidos anuncian problemas entre marido y mujer. En Oriente, se considera un mensajero de la alegría, y su grito anuncia la llegada de un huésped agradable. Dos urracas juntas simbolizan felicidad marital.
Al igual que el cuervo, la urraca,  también es capaz de articular sonidos y palabras

Buhos y Lechuzas

Estas aves nocturnas, tanto el buho como la lechuza eran aquellas que  guían las almas al Otro Mundo. La lechuza era un ave consagrada a Juno al igual que la lechuza, símbolo de la oscuridad y la muerte. Tipifican el poder profético y la sabiduría.

La Grulla

La grulla que es también un ave de las aguas. tiene un vasto simbolismo en Oriente. Es un ave de linaje solar. mensajera de los dioses. e intermediaria entre el cielo y la tierra. Conduce las almas al Paraíso y significa longevidad, vigilancia, prosperidad y autoridad. En la mitología céltica, es el ave sagrada del soberano del mundo subterráneo y anuncia guerra y muerte.

LOS VASOS DE AZAILA
Teniendo en cuenta el proceso orientalizante de todos los pueblos de la celtiberia, los vasos de Azaila se pueden interpretar de la siguiente manera, según los simbolismos de los pueblos orientales.
En uno aparecen palomas, las cuales nos expresan signos de benevolencia  y  una señal  hogareña de la persona incinerada. En otro  vaso se ven gallos que representan el carácter  de devolver a la tierra lo que es de ella, para la fertilidad y la procreación, Si aparece una lechuza o un buho significa que esta persona tenía  poder y sabiduría. Cuando aparece una grulla anuncia guerra y muerte, considerando  así, que este vaso en el que aparece dicha ave pudiera pertenecer a un guerrero.


sábado, 3 de diciembre de 2011

CARRASCOSA DEL CAMPO

Almagro Gorbea identificaba como olcades a las gentes enterradas en la necrópolis de Carrascosa del campo.




En tiempos prerromanos, se tiene constancia de una necrópolis celtibérica, de entre el siglo VI a. C. al siglo III a. C. del pueblo de los Olcades, en el paraje llamado de Las Madrigueras, en la que se hallaron importantes enterramientos, como sesenta y cinco sepulturas funerarias, y también se encontraron importantes vestigios arqueológicos del pueblo de los Olcades, del cual no se tiene mucha información, como objetos de bronce, hierro, cerámica griega, cerámica hallstáttica (uno de los ocho yacimientos de España en los que se han encontrado restos de esta cultura, además de ser el primero en toda la Península Ibérica), cerámica ibérica, gris, etc.
 Este fue uno de los yacimientos más importantes de los olcades estudiados por investigadores y arqueólogos canadienses.
Este yacimiento arqueológico es de gran importancia para el estudio del conocimiento de la población prerrománica de la Meseta Sur, en especial del pueblo de los Olcades que aparecen en la Edad del Hierro y que según los clásicos, dos son las comunidades que habitaron estas tierras en los siglos anteriores a la romanización: los Lusones, de origen Ibero, y los Olcades de origen Celta.
 Se puede decir que este poblado era un centro fabril por la abundancia de hallazgos encontrados en hierro, vidrio y cobre,

 Como la mayoría de los pueblos o poblados de la zona, se podría decir que una de sus principales actividades económicas era la producción y el trasporte de vino hacia todas sus redes de comercio, así como los cereales, y a partir de los cuales fabricaban la famosa bebida fermentada que decían que era  la bebida de los dioses, la caelia, actualmente se trata de cerveza.
Los vestigios romanos son muy valiosos, con varios emplazamientos, el más importante es un municipio celtibérico-romano que data del siglo VIII a. C. al siglo III d.C., del cual se ha hallado el barrio de artesanos y necrópolis. También se han descubierto restos de vasijas enteras, restos funerarios, pequeñas cremaciones, ánforas de cristal que servían para albergar aceites aromáticos, etc.

 El poblado estuvo enclavado un centro de primordial importancia para la actividad metalúrgica y económica romana siendo uno de los más importantes de España con restos e indicios de su ocupación desde la edad de los metales por la cantidad de escorias de hierro y cobre encontradas. Las Madrigueras del pueblo de los Olcaldes fue descubierto en diciembre de 1963, es una necrópolis de campos de urnas de la época del hierro junto al cauce del río Valdejudíos de gran importancia para el estudio de la romanización de este territorio y para el conocimiento de la población prerrománica de la meseta sur. En la provincia de Cuenca aparecieron en la necrópolis de Las Madrigueras una cuenta de collar (Carrascosa del Campo) en la tumba LXII fechada en el año 550-500 a.C, la cuenta tiene el fondo azul verdoso y está decorada con «ojos» realizados mediante tonos azul oscuro, blanco y azul
Las perlas con "OJos»aparecen a partir del Hallstatt, pero el color azul es característico sobre todo de la etapa de La Tene, hacia la cual nos inclinaríamos a colocar nuestros ejemplares, sustituyendo el color amarillo que parece predominar en la época anterior. Esta hipótesis iría bien con la observación realizada en la necrópolis de Carrascosa donde las perlas de color amarillo parecen en la primera Fase Carrascosa I, mientras que las piezas de color azul intenso o
translúcido aparecen en la Fase Carrascosa II, y tal vez incluso en los últimos momentos, en todo caso no anteriores al siglo IV a.C .Fue castrum prerromano, centro fabril romano, luego poblado y también fortaleza visigoda y árabe. La vista área que nos proporciona la SIGPAC del Pulpón nos da la cota más alta del contorno con 894 metros y a 200 metros del arroyo de la Vega Seca que termina en el arroyo de la Vega que baja desde Loranca, permite apreciar con gran claridad las trazas en altura de su recinto amurallado con cubos de muralla bastante bien conservados en algunos de sus tramos delimitando restos de construcciones en un recinto prácticamente cuadrado. Se dedicaban a la minería, a extraer el lapis specularis, conocido como espejuelo en la actualidad, es un tipo de piedra de yeso selenítica especular traslúcido, siendo un mineral muy valorado en la Antigua Roma, En esta fortificación situamos un poblado habitado por los trabajadores del centro fabril y de las minas del llamado espejuelo.
 
El Cerro del Pulpón se encuentra a unos escasos siete kilómetros de Carrascosa del Campo por la carretera a Palomares del Campo, alzándose en la margen izquierda. De 859 metros de altitud lo localizamos a 1,5 kilómetros al sur del despoblado del Pulpón. No se deben olvidar los restos de trabajo de espejuelo encontrados en El Pulpón. Tanto es así que vías principales de comunicación y en especial la calzada que unía Segobriga con Cartago-Nova se articulaban en función del aprovechamiento de este material cuya explotación tenía tanta relevancia en la economía romana como la como en la íbera o celtíbera en cuanto al comercio de los metales existentes en la zona ( Lapis Speculum). El enclave metalúrgico de la Muela del Pulpón ofrecía servicio a la cercana ciudad de Segobriga y a las de Erkavica y Valeria, al centro de la península y a enclaves romano de las tierras levantinas. Se han encontrado abundantes hallazgos en relación con la fabricación de armas, utensilios de metales así como trazas de acuñación de monedas.
En tierras de Carrascosa llegaron a existir hasta doce pequeños poblados surgidos en las inmediaciones de recursos de agua, pozos, arroyos y fuentes, que en la actualidad recuerdan sus nombres. Al sur de la cañada de Beteta, llegamos al despoblado del Pulpón siguiendo durante unos escasos seis kilómetros la carreta a Palomares y junto a ella encontraremos sus muy importantes restos en tierras conocidas como Hoya del Tesoro. Estaba situado en las inmediaciones de una laguna ya desecada; señalada en la cartografía como La Laguna. Al sur se encuentran el cerro del Pulpón y el cerro de la Muela en el paraje de Pozoamargo.

OBJETOS HALLADOS EN EL YACIMIENTO
Objetos de Bronce:
En esta necrópolis se han recogido hasta 15 fíbulas entre ejemplares completos y fragmentados de identificación segura.
Un ejemplar de broche de garfio, en la sepultura III que se puede fechar hacia finales del siglo V antes de Cristo.
Cerámica a mano:
Son algunas las sepulturas que han proporcionado cerámica hecha a mano.
Estos vasos cerámicos nos hablan sobre la fase más arcaica de la Necrópolis.
Todos los vasos de esta especie de cerámica están hechos con barros poco depurados y en muchos casos con la pasta mal cocida. Los colores varían éntrelos rojizos a los más o menos negruzcos o pardos, predominando estos últimos.
Cerámica Importada:
 Esta es la cerámica que pudo ser traída a este yacimiento desde otros puntos. Entre estas piezas podemos citar cerámica griega que su descubrimiento es de gran interés, pues nos sitúa en el punto más apartado de la cuenca del Mediterráneo, donde han aparecido cerámicas griegas de esta época.
Cerámica de tipo Ibérico:
 Es el conjunto más numeroso que ha proporcionado la Necrópolis y representa la llegada a estas regiones de una técnica de cerámica al torno, que se denomina de "tipo Ibérico".
Cerámica gris:
Son muchas las piezas que se caracterizan por ofrecer unas pastas de color gris, como consecuencia de la técnica empleada, realizada en un horno de reducción procedente del Mediterráneo Oriental. La mayoría de las piezas ofrecen barros bien depurados, compactos y duros con algo de mica.
Objetos diversos:
Cuentas de collar, FUSAYOLAS que son barros bastante finos, que han sido alisados en la superficie y en algunos casos cuidadosamente bruñidos.
Canteros de piedra, o pomos de una piedra blanca y blanda, seguramente un alabastro yesoso.
Objetos de hueso que aparecieron en el pequeño cuenco de la sepultura XLV,y a ellos podemos unir una toba perforada. Conchas.- Una concha marina apareció entre los huesos calcinados de una urna.

viernes, 2 de diciembre de 2011

OLCADIA - LOS OLCADES

Sobre el siglo VI a.C. Los Olcades, un pueblo indoeuropeo, se asientan sobre la zona  conquense de la Manchuela en sureste de la provincia  y limítrofe con las provincias de Albacete y Valencia. Por estas tierras pasó también Aníbal el 220 a.C. en su expedición desde Cartago Nova a Salmántica y Arbocala. La romanización total de esta zona sería sobre el año 179 a. C. por Tiberio Sempronio Graco.
    La comarca de ” LAS OBISPALIAS” estuvo habitada hacia el s. VI a. C. por la tribu de los OLCADES, los cuales según Polibio ocupaban el territorio que se extiende desde el nacimiento del río Tajo hasta el nacimiento del río Guadiana.      Si nos atenemos a lo dicho por Polibio, (historiador y geógrafo griego al servicio del general romano Escipión) así como por otros historiadores latinos, en diversas referencias hechas sobre la tribu en cuestión; nuestra comarca se encuentra en territorio de los Olcades; los cuales abarcaban también parte de las actuales provincias de Albacete, Cuenca y Teruel.
      Prestigiosos investigadores como Schulten, piensan que esta tribu era plenamente ibera, mientras que otros, Blas Taracena Aguirre entre ellos, hablan de la posibilidad de una tribu celtíbera que estaría en contacto con tribus netamente ibéricas y que tendría su límite Sur por el Júcar. La capital de los Olcades era Althea, situada según varios historiadores, cerca de Alconchel.
Los Olcades, que sólo se citan en época anibálica, desapareciendo posteriormente fueron absorbidos entre celtíberos y edetanos. Ocuparían las abruptas tierras meridionales del sistema Ibérico y de la cuenca del Júcar al sur de la serranía de Cuenca, ya perteneciente a los celtíberos, entre las llanuras litorales habitadas por edetanos y las del interior por carpetanos.
     Los yacimientos aqueológicos (Iniesta, Barchín del Hoyo, Manchuela conquense) indican que toda el territorio manchego al sur de la Serranía conquense era de cultura íbera lo que sitúa al pueblo olcade dentro del ámbito del mundo ibero o bien habría que situarlo más al norte, ya en plena serranía. Debido a sus contactos con los celtíberos por su cercanía vecindad pudiera ser que sufrieran algún tipo de influencia cultural.
Hecateo los situaba entre el alto Tajo y el Júcar medio. Más tarde Tito Livio los consideró un apéndice de los carpetanos. Por otra parte el historiador Manuel Gómez Moreno los situaba en La Alcarria. A esta tribu se le han adjudicado las ciudades celtíberas de Caesada y una serie de oppida situados en las altiplanicies del occidente de la provincia de Cuenca, como Segóbriga, Valeria, Laxta y Ercávica. En 221 a. J.C. su capital, Altia, fue tomada por [[Aníbal]. Dado que el nombre es dado por los historiadores griegos, algunos eruditos sugieren que fue "Kelin", en el yacimiento de Los Villares, en Caudete de las Fuentes. De carácter indómito, sus guerreros llegaron a vencer a Viriato.Las excavaciones de las últimas décadas, al situarlos en zona plenamente ibera, sitúan al pueblo, supuestamente olcade, en el entorno del oppidum ibero de Ikalesken  que dominaría el territorio actual de las Manchuelas conquense y albacetenses y limitaría al norte con las zonas celtíberas de Valeria, Segóbriga. Parece ser según algunas fuentes antiguas como Livio, dicen que los olcades  estaban situados entre Cartagena y Sagunto. Otros trasladaban a los olcades desde la Contestanía a la Bética, que creemos que así fue y podemos decir de ellos que eran un pueblo nómada, cuya base estaba en la Olcadia ( llamese así a la provincia de cuenca) y que eran trasladados por los romanos de unas zonas a otras. Quizá fueron ellos mismos quienes se asentaron cerca de los poblados donde se han encontrado los yacimientos ibéricos de la Contestanía y del Sureste, si no, con los antiguos  pobladores, en poblados cercanos, estando a merced del mejor postor o porque le interesase más la zona en que iban a habitar, por su pastos para el ganado o por sus riquezas y quizá sea por ello que cuando aparece un yacimiento ibérico  situado en un alto cerca de él y en otro alto siempre suele aparece otro cercano, el cual se podría decir que perfectamente podría ser un asentamiento de olcades regidos por las mismas leyes unos y otros y los de su misma estirpe o por ellos mismos. Es entre los años 1000 y 500 a. C. cuando las sucesivas oleadas de pueblos indoeuropeos y mediterráneos arriban a la península Ibérica y configuran el poblamiento prerromano de ésta. Son los indoeuropeos los que llegan al interior, ocupan el centro y constituyen la base de poblamiento de la Celtiberia.
Su población, vivía dispersa en numerosos, aunque reducidos, poblados, vici et castella, pequeñas aldeas y torres para su defensa. El carácter reducido, numeroso y estacional de estos poblados fue la causa de su frecuente desaparición a lo largo de la historia. Son poblados en llano, sitos en el sector endorreico, caracterizado por las inundaciones ocasionales y la composición salina del suelo. La superficie media de los asentamientos ronda los 581 metros cuadrados y son de carácter funcional, propio de la temporalidad de su ocupación que quizá fuera estacional. Se localizan en las zonas más fértiles y asequibles del territorio, aprovechando cursos de agua estables y manantiales, dominando un valle o paisaje abierto.
Estos pequeños asentamientos situados en terreno llano o en planicies, se encuentran en dependencia directa de un poblado de altura que centraliza el poder: Segóbriga, Valeria y otros de ubicación incierta.
Estos poblados en altura, escasos, en un principio, se sitúan en lugares que ofrezcan las mejores defensas naturales, con sencillas murallas adaptadas al terreno o un simple muro cerrado al exterior por la parte trasera de las casas. A partir del s. IV a. C, se generaliza la tendencia a establecer poblados fortificados en lugares estratégicos, que controlan amplios territorios y ejes de comunicación. De la existencia de estos primitivos pobladores y asentamientos dan fe ciertos yacimientos, abundantes en La Mancha, denominados genéricamente morras. Se emplazan en elevaciones naturales del terreno, de escasa altura, en las vegas de los ríos o zonas pantanosas, dominando amplios espacios abiertos.
En la mayoría se observa la presencia de amontonamientos de piedras en superficie, procedentes del derrumbe de primitivas construcciones. En algunas morras se encuentran muros, o lo que queda de ellos, formando alineaciones más o menos circulares (morras) o alargadas (castillejo). Castillejo es el Villar de Cañas.  Alcolea = castillo pequeño, castillejo.
Sobre un sustrato del Bronce Valenciano, en el paso del Bronce al Hierro, se extendería una cultura esencialemente ganadera, característica de las estribaciones del sistema Ibérico, que se iberiza desde la costa, principalmente a través del corredor de Requena-Utiel. La mejor evidencia sería Kelin (Los Villares, Caudete de las Fuentes, Valencia), quizás la antigua capital tomada por Aníbal, cuyo estratégico papel siguió vigente en la conquista romana cuando llegó a tener 8 ha. y a acuñar moneda. Ofrece incialmente cerámicas del Bronce final local, importaciones fenicias y después focenses llegadas desde la costa, siendo plenamente iberizada a partir del siglo IV a.C. y destruyéndose en la segunda guerra púnica. Su profunda iberización explica la del interior, evidenciada por numerosos poblados de tamaño más reducido y por necrópolis de cremación en urna sin armas y con cerámicas ibéricas, como las de Buenache y Olmedilla de Alarcán (Cuenca). Estas zonas, en las que la ganadería tendría un papel importante, contribuirían a su vez a la iberización de sus vecinos celtíberos, con los que limitaban por el norte, y de los carpetanos, por el oeste. La procedencia étnica de los olcades parece local, a juzgar por la tradición de su sustrato, pero su nombre, relacionable con el de los celtas volcos, permitiría pensar en un proceso de celtización, al menos parcial, paralelo al de la predominante iberización cultural. Pero falta documentación lingüística, por no existir escritura hasta la romanización.
Con frecuencia, aparecen enterramientos de inhumación o urnas cinerarias, lo que evidencia el ritual de cremación de cadáveres.
Las necrópolis de estos primeros pobladores se ubicaban a la salida de los poblados, no muy lejos, junto a las vías, siendo habitual encontrar junto a ellas conducciones de agua, santuarios, pozos, (alguno con significado esotérico, pozo Airón). *Airón era un dios de tipo infernal, demonio que habita en las profundidades, lugares acuáticos, asociados al tránsito al Más Allá.
Bastante conocido en la Meseta, existen indicios de su culto en La Almarcha, Uclés. De Uclés procede una inscripción dedicada a Airón por un ciudadano romano de origen indígena que transcrita dice “Al dios Airón lo dedicó la familia usetana oculense, Cayo Titinio Crispino.
Aunque no se puede afirmar categóricamente, eran las comarcas naturales las que delimitaban los asentamientos tribales de estas tribus celtíberas que ocupan el centro de la península y más concretamente, la provincia de Cuenca limítrofes con la Contestanía y la Edetanía.
    Los Olcades, serranos, tenían su principal ciudad, Cartala o Althea situada, según muchos historiadores, cerca de Alconchel. Participaron en la 2ª guerra púnica como aliados de los cartagineses, a los que abandonaron posteriormente, pasando al bando romano. Como represalia, el 221 a. C. Aníbal toma y destruye su ciudad. Los supervivientes se diluyen e integran entre sus vecinos, hermanos de raza, los Carpetanos, haciendo causa común en su lucha contra el cartaginés. Sus habitantes, vestidos con áspera lana, semejaban en su aspecto, cabras salvajes. Sus curiosas costumbres asombraron a los romanos, especialmente la de utilizar los orines para lavarse el cuerpo y los dientes. Su economía prioritaria estaba basada en la agricultura, y algo de ganadería. Por ello, Viriato en 146 a. C. les impuso un tributo en trigo, a diferencia de los segobricenses, a los que les robó los ganados.
En el s. III a. C, los cartagineses se internan en la Carpetania con el objetivo de reclutar mercenarios de la tierra para ayuda en su guerra contra Roma (2ª Guerra Púnica 273-274 a. C.) Tras sucesivos intentos y resistencias de la población autóctona y el asesinato de dos de sus generales- Amílcar-228 a. C. y Asdrúbal-221 a. C.- en 221 a. C. Aníbal, al mando de los cartagineses se enfrenta a los Olcades y saquea y destruye su capital Althea.
Al año siguiente, 220 a. C., una coalición de carpetanos, vacceos y olcades, unos 100.000 hombres, se enfrenta a Aníbal, cerca del Tajo. Son derrotados por los elefantes y la caballería del cartaginés. Sus ciudades saqueadas y sometidos a tributo de hombres y especies.
-->Plinio fijaba en Segóbriga (Cuenca) el límite sur de Celtiberia. Si bien los romanos usaron la palabra celtíbero con cierta ligereza. Alces debía estar a dos o tres jornadas de Ercávica .Desde Alces, Gracco llegaría a Ercávica, siguiendo las estribaciones meridionales de la Sierra de Altomira. Por entonces no existía aún la Segóbriga Romana (aunque sí la Segóbriga celtíbera -en Palencia ó Burgos). Conclusión: es muy improbable que Alcázar fuera la Alces celtibérica. Futuras excavaciones podrían dejar en evidencia la hipótesis hasta ahora mantenida. Por ejemplo: el siglo pasado aún había quien sostenía que la Segóbriga celtibérica estaba en Segorbe (Valencia). Alces?... Políbio mencionaba una tal Althea como la ciudad más fuerte de los olcades... ¿Puede ser la misma? Efectivamente, la ciudad más fuerte de los olcades era Althea. Es más que probable que esta ciudad se encuentrara presumiblemente junto a la vía que unía las costas de Cartago con la Carpetania, en el actual Alconchel (Cuenca). Como sabemos, fue saqueada e incendiada por Aníbal y refundada en época romana con otro nombre hasta hoy controvertido. En las fuentes romanas no figura ya el pueblo olcade, por lo que debió diluirse entre el genérico celtíbero o entre los carpetanos. La cita de Alces es posterior, y su ubicación geográfica es distinta. Alces debía estar más hacia el Oeste que Althia, en el extremo oriental de Carpetania, o lo que es lo mismo, en el extremo suroccidental de Celtiberia, y a la vez no muy lejos de Ercávica (Cañaveruelas-Cuenca).